TEXTO: Juanfran de la Cruz
FOTOS: Rafa Carbonero / Acción Tr3s

El doble valor que aporta una efeméride. Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la organización de la Vuelta a España presentará en Valencia el recorrido de su prueba femenina; la del Giro d´Italia, siempre tan pródiga en la solemnidad de estos ritos, también desvelará el diseño de su maglia rosa para la líder; y Extremadura, la Comunidad Autónoma que hace un año retomó con vitalidad su apuesta por el ciclismo femenino (retomar, sí, porque en esta tierra se dieron experiencias pioneras hace dos décadas que hay que reivindicar), acogerá el arranque de una segunda edición de su Vuelta Ciclista que promete emociones fuertes. Tres etapas con perfiles variados, una de ellas con final en el techo de los Montes de Toledo y otra contrarreloj, para echar el cierre y definir la general, convertirán a las rutas extremeñas en la meca universal de un ciclismo femenino que sigue avanzando y progresando, pasos firmes; tejiendo un calendario de entidad y embasteciéndose con estructuras más sólidas y solventes; el viaje no ha sido de rosas: en el camino, por motivos diversos y exigencias nuevas, se han quedado estructuras históricas.

Dos estructuras WorldTour, nueve continentales y seis de categoría élite conformarán un variopinto y coral pelotón, 126 corredoras, en el que destaca toda una campeona mundial contrarreloj como Ellen van Dijk, quien regresa a la competición tras ser madre en 2023, o el compromiso de las grandes estructuras nacionales, como el Movistar Team ‘worldtour’ o el Laboral Kutxa y el Eneicat continentales. Aunque hay más estructuras ibéricas. Y en dos de ellas, dos corredoras ‘de la casa’ pugnarán por mostrar su calidad y por reivindicar el ciclismo de la región al tiempo. Desde Quintana de la Serena, compitiendo bajo la divisa del Abadiño Cycling Project, María Reyes Murillo. Desde Almaraz, donde reside desde hace años esta bejarana de origen, enrolada en el Matos-Mobilty FLEXACO portugués, Natalia Huertas. Más joven Murillo (2006), más veterana Huertas (1986), ambas cuentan con una dilatada experiencia en el calendario de mountain bike autonómico y tienen el curioso nexo de haber ganado el icónico Maratón de la Miel BTT de Fuenlabrada de los Montes. De hecho Murillo, quien comenzó a centrarse en el bikemaratón realmente el año pasado, es la actual campeona de España de la modalidad en la categoría sub23.

Corredora del Extremadura-Ecopilas, cursante del grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en el campus de Cáceres de la Universidad de Extremadura, la Vuelta a Extremadura no es un terreno ignoto para Murillo. La ciclista pacense ya fue de la partida en la primera edición, también defendiendo los colores del Abadiño Cycling Academy. Entonces finalizó en la posición 72º y el zurrón acabó lleno de experiencias. “Si esa primera edición ya se hizo dura por el alto ritmo de carrera, ésta lo va a ser más aún. Hay gente que viene con el firme objetivo de disputar, con la pretensión de pelear la victoria desde el primer momento. Mi objetivo es sencillo y pasa por acabar y poder hacerlo lo más adelante posible. Conocer la carrera es un plus, pero no sé si al final estaré más nerviosa conociendo bien lo que me voy a encontrar con un nivel competitivo mayor. Los estudios, las prácticas, las competiciones de mountain bike, los entrenamientos… No es fácil. El objetivo es acabar”, indica.

Huertas, ingeniera que compagina la competición ciclista con su empleo en la central nuclear de Almaraz, donde es operadora de reactor y de turbina y desde donde muestra su más sincero agradecimiento a unos compañeros maravillosos que le permiten cambios y permutas para que prosiga con los dorsales, se estrenará en la Vuelta a Extremadura en este 2024 y lo hará en un equipo élite portugués en el que recaló tras experiencias previas en el Team Farto y el Tenerife-Bike Point. “El año pasado me quedé con las ganas. Azucena Lozano me comentó sobre la prueba, pero la primera edición coincidió en fechas con la Algarve Bike Challenge de mountain bike y teníamos cerrada la participación allí. Para este año uno de los objetivos que me había marcado era poder estar en la ronda extremeña. Creo que es algo maravilloso, no somos conscientes de la suerte que tenemos. Es algo que le digo a mis compañeras: que disfruten cada momento. No todos los días tienes la oportunidad de competir contra corredoras de este nivel o contra un equipo que viene de pelear por ganar la Strade Bianche y subir al podio. El objetivo es disfrutar y aguantar el máximo posible”. Huertas es de Béjar, en Salamanca, no muy lejos de la provincia de Cáceres. Pero es extremeña de adopción. Y de licencia.

Si la climatología o la nieve no lo impide, el Pico Villuercas (1.570 metros), la meta de la segunda jornada va a ser el día clave de esta Vuelta a Extremadura de acuerdo con Murillo. La etapa reina. “Es un escenario para la supervivencia. La carrera se va a hacer en la subida final. Es verdad que el primer día hay terreno donde se podría romper algo, pero es un recorrido más para rodadores. El sábado va a ser y se va a hacer muy duro. En la crono del domingo personalmente no espero mucho, no es una disciplina en la que tenga mucha experiencia o trabaje con frecuencia. El año pasado la historia era diferente, con una contrarreloj por equipos en la que la labor de las compañeras te ayuda muchísimo”. Coincide Huertas, quien destaca la entidad de este puerto que fue final de la Vuelta masculina en 2021 y volverá a serlo en la edición de 2024, allá por agosto: “Es impresionante, he ido a subirlo y es una maravilla. Es duro y honestamente no es mi terreno ideal, yo me desenvuelvo mejor en un terreno rompepiernas que, en su dureza, no tenga tanto desnivel. Aquí hay ochos, nueves, diez, ‘onces porcientos’. El primer día tiene su aquel también, pero Villuercas es otra cosa. Extremadura es un paraíso para la bicicleta, tenemos que estar orgullosos de poder mostrarle al mundo del ciclismo lo bueno que tenemos aquí”.

Murillo se inició en el ciclismo a través de los Judex. Su hermano, mayor que ella, se apuntó a la Escuela de Ciclismo de Quintana y comenzó a participar en las pruebas de ciclismo de este circuito de deporte escolar. María Reyes le acompañaba, junto a sus padres. Y un día, en un rato sin actividad, entre pruebas, le pidió prestada una bici a un conocido y completó el circuito de la gymkana. El chispazo. “Yo tenía seis o siete años, íbamos a las carreras y al final teníamos relación con otras niñas y niños. Pedí una bici, hice a mi aire el circuito y me encantó. Y prácticamente a partir de ahí comencé a profundizar en esto de la bicicleta. Me encanta la bicicleta de montaña. Sí, me considero ante todo “biker’”, aporta.

La historia de Huertas es un poco diferente: su deporte había sido el balonmano, pero con los estudios universitarios desarrollándose en el turno de tarde, ese camino se complicaba. “La bici surgió como alternativa, me podía organizar mejor, de forma más solitaria y sin necesidad de un equipo. Aquello comenzó más como actividad saludable, por el mero placer de hacer deporte. Pero poco a poco fui entrando más. Al mudarnos a Extremadura, cuando comencé a trabajar en la central, mi marido y yo comenzamos a salir con la gente de BikeShop y poco a poco la afición dio paso a tomárnoslo más en serio y a la competición en el ámbito más cercano siempre que el trabajo, donde tenemos turnos, lo permitía. Abel Fragua me ayudó mucho. Una vez le conté que, al empezar tan tarde en la bici tenía la espinita de no haber competido contra chicas y él me ayudó a llegar al Team Farto. Ahí comenzaba a competir más en serio y a nivel nacional. Esta temporada recalé en el Matos Mobility FLEXACO portugués, tanto el director como una de sus integrantes son amigos de mi época en el Farto, y estoy muy contenta porque además de tener una logística muy buena y un apoyo importante de patrocinadores detrás, el ambiente y la gente son maravillosos”.

En 2023, en la primera edición, el Arkea B&B francés concretó un triplete en la general final que encabezó la irlandesa Megan Armitage por delante de la canadiense Clara Emond y de la neerlandesa Maaike Coljé. Ésta última lidera la formación gala, una de las escuadras participantes, pero en esta ocasión parece que la carrera va a presentar muchas más alternativas que entonces.

Las etapas.
Viernes 8 de marzo: Nuñomoral-Coria (92,3 km).
Sábado 9 de marzo: Trujillo-Pico Villuercas (96,6 km).
Domingo 10 de marzo: Zafra-Zafra (19,3 km CRI)

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